Los conflictos forman parte de toda relación de pareja. Eso es innegable. Por eso es tan importante tener las herramientas para una resolución de problemas en pareja sana, basada en el respeto y en el amor.
Cada persona es única, ha tenido una educación diferente, y es normal que a veces la pareja no comparta las mismas perspectivas. La cuestión que vamos a abordar en este artículo, es que es posible una resolución constructiva y asertiva de los problemas en parejas. Porque conflicto, no es sinónimo de pelea ni, por supuesto, de faltas de respeto.
Como psicoterapeuta de pareja, te cuento algunos principios que os ayudarán en la resolución de problemas en pareja.
Elegir el momento indicado para resolver un conflicto
Esto es una manera compleja de empezar. Ya que por norma general estallamos cuando hemos cargado durante mucho tiempo con un problema en pareja o cuando la otra persona hace algo que nos molesta mucho.
Pero es importante trabajar en saber programar o aplazar una discusión si tenemos todas las papeletas para que no acabe como nos gustaría; ya sea porque estamos cansados o tan furiosos que no vamos a saber ser asertivos.
Poder posponer una conversación unos minutos u horas, puede ayudarnos a tener una resolución de problemas en pareja más constructiva y calmada.
Pedir 10 minutos a solas durante un conflicto
Cuando discutimos con alguien, es posible que nos bloqueemos, nos pongamos nerviosos, dejemos de escuchar, incluso que sintamos que está naciendo la ira en nuestro interior. Antes de decir cosas que no sentimos, y que pueden dañar a nuestra pareja, puede ser buena idea pedir diez minutos para alejarnos, calmarnos y pensar bien en lo que queremos decir, sin faltas de respeto.
Salir a tomar el aire o ausentarse unos minutos es una buena manera de poder seguir con la resolución del conflicto con el foco puesto en solucionar el problema y volver a poder escuchar al otro. Para que la otra persona sepa que no estamos huyendo, será de ayuda decirle 'quiero resolver esto, pero necesito 10 minutos'.
Evitar caer en la crítica y en el reproche
No hacer reproches a nuestra pareja también puede ser un gran reto si nos encontramos en un conflicto, especialmente si es sobre un tema que viene de lejos y que ha sido protagonista ya de muchas discusiones.
Pero el enfoque para la resolución de problemas en pareja debe ser positivo y resolutivo.
Reprochar nos impide avanzar en la resolución, nos estanca y nos aleja. Un buen sustituto del reproche y la crítica es la solicitud. Por ejemplo, podemos decir 'me gustaría que a partir de ahora este tipo de decisiones las tomáramos juntos'. O, 'me gustaría que cerrases las puertas del armario después de sacar tu ropa, me da más sensación de paz y orden'.
Escuchar y no dar por sentado
Escuchar es a menudo una gran tarea pendiente en las discusiones dentro de cualquier ámbito. Lo normal es que creamos tener la razón, y que la defendamos, incluso si eso incluye no escuchar al otro sin interrumpirle.
Entrenar la escucha en pareja te abrirá muchas puertas, entre ellas, la de mejorar la resolución de problemas en pareja de modo asertivo.
Además de escuchar atentamente, no dudes en preguntar aquello que no conoces y que crees que puede ayudarte a saber mejor qué siente. Por ejemplo, puedes decirle, '¿Por qué consideras que no te hago caso?', '¿Cómo te gustaría que actuase en una situación como esta si se vuelve a repetir?'.
Conocer la situación del otro o los motivos que le han llevado a sentirse mal será de gran ayuda.
Conclusión
Por último, aprender a pedir perdón a nuestra pareja cuando tomamos consciencia de que hemos hecho algo mal, es una gran virtud, que ayudará a mejorar la relación y dará seguridad al vínculo.
La empatía y la escucha harán que vuestra relación sea más sana. Pero si notáis que alguno de los dos se siente estancado en un problema o considera que tiene una conducta 'tóxica', es conveniente buscar ayuda.
La terapia de pareja puede ayudar a mejorar la comunicación entre dos personas que quieren arreglar sus indiferencias, resolver conflictos del pasado, manejar los conflictos de una manera sana, o reconocer tanto las necesidades propias, como las de nuestra pareja (entre muchas otras cosas más).
