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  • Foto del escritorPatricia Megías García

Fomentando la buena educación: buenos tratos y cuidados en la infancia

La infancia, etapa crucial en la formación de los seres humanos, es el lienzo en blanco donde se esculpen los pilares que sostendrán a los adultos del mañana. Por este motivo, es importante no subestimar la importancia de los buenos tratos y los cuidados durante esta fase. Ya que una buena educación moldea no solo el desarrollo emocional y psicológico de los niños, sino también su capacidad para establecer relaciones saludables en el futuro.


El arte de saber hablar: La importancia de cómo nos comunicamos con nuestros hijos

Imaginemos por un momento que la forma en que nos dirigimos a nuestros hijos es un reflejo de cómo nos comunicamos con otros adultos en nuestra vida. La realidad es que, a menudo, descubrimos que el tono y las palabras que elegimos para los niños difieren de nuestra comunicación habitual con los demás. Esta discrepancia revela la necesidad de reflexionar sobre nuestro estilo comunicativo.

Los buenos tratos y cuidados en la infancia no solo consisten en corregir lo que está mal, sino en reforzar y celebrar lo que está bien. Al practicar la comunicación positiva, estamos construyendo cimientos sólidos para que los niños comprendan y normalicen esta forma de ser tratados, creando así una base sólida y fuerte sobre el amor y la reciprocidad.


Educación en positivo 

La Parentalidad Positiva o Educación Positiva, se erige como la guía para ofrecer los buenos tratos que cada niño merece en su camino hacia la adultez. Contrariamente a la idea errónea de que se trata de ser permisivos, la educación en positivo debe implicar marcar límites, fomentar el autocuidado y priorizar el bienestar emocional tanto de los padres como de los hijos.

La gestión emocional es clave en este proceso. Cuando los padres se encuentran en un estado emocional positivo, son capaces de tolerar el llanto de un niño, manejar disputas entre hermanos con calma y responder con paciencia. Pero cuando los propios padres no practican el autocuidado, la situación puede escapar de control. 

Por tanto, practicar buenos tratos y ejercer la educación en positivo va de la mano de una gestión emocional efectiva.


Herramientas para fomentar una buena educación y practicar buenos tratos en la infancia 

  1. Evita el castigo o regañarle cuando mienta. Enfrentar la mentira con la verdad es más efectivo que poner al niño en una situación incómoda. Confrontar la situación con empatía, diciendo "he visto lo que ha pasado y quiero que lo hablemos", promueve la honestidad y el diálogo abierto.

  2. No hagas comparaciones, recuerda, son odiosas. Evitar las comparaciones entre hermanos, amigos u otros miembros de la familia es esencial. Cada niño es único, con necesidades diferentes. No se puede pretender tener la misma relación con ambos, y reconocer estas diferencias es fundamental para un trato equitativo.

  3. Educa sin prisas (y sin improvisación). La educación requiere confianza y paciencia. No corrijas con prisa desde el miedo; más bien, cultiva la confianza en tus decisiones y cree en el impacto a largo plazo de tus acciones en la crianza.

  4. El "Rincón de Pensar" no siempre es la solución. Esta estrategia requiere acompañamiento, comprensión y empatía. A veces, en medio del ajetreo diario, la gestión emocional del adulto puede no ser suficiente para proporcionar el apoyo necesario. La pausa para ayudar a pensar debe ser cuidadosa y reflexiva.

  5. No le exijas muestras de cariño físicas. Expresar cariño a través de la mirada o una sonrisa es válido, pero el contacto físico debe ser recibido voluntariamente. Por tanto, no exijas al niño que dé un beso cuando salude o un abrazo, es posible que en ese momento no le salga hacerlo, y no por ello es más o menos educado. 


Conclusión 

En la búsqueda de una infancia de buenos tratos, estas prácticas diarias se erigen como herramientas fundamentales. Al integrarlas en la rutina, se promueve un ambiente propicio para el desarrollo emocional saludable de los niños, sentando las bases para una adultez resiliente y relaciones significativas. La inversión en buenos tratos es, sin duda, la semilla que florecerá en un futuro lleno de bienestar y amor.



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